Nosotros somos trabajadores que estamos en el día a día de la lucha contra la patronal y por nuestras reivindicaciones.

En la actual contienda electoral ubicamos con claridad a nuestros enemigos: Keiko, PPK, Alan, e incluso Barrenechea que parece “nuevo”; todos son agentes directos de la patronal y no esperamos nada de ellos.

Nuestras expectativas están centradas en lo que ofrece Verónika Mendoza, la candidata del Frente Amplio, que es de “izquierda”, se presenta como una opción de cambio y que incluso plantea un programa laboral.

El programa laboral del Frente Amplio

Se puede acceder al programa laboral del Frente Amplio a través de internet y allí se puede leer en su capítulo laboral los siguientes puntos:

1.-Empleo digno con derechos, etc., a través de una nueva Ley General de Trabajo en concordancia con los convenios OIT.

2.- Eliminación de los regímenes laborales especiales discriminatorios y los services.

3.- Aumento de la RMV de acuerdo al costo de vida y a la productividad del trabajador.

4.- Sistema universal de pensiones a cargo del Estado, manteniendo las AFP.

Nuevamente la Ley General de Trabajo

El primer punto sobre empleo digno, etc. suena bastante bien, pero dice que lo hará a través o en el marco de una LGT y en concordancia con la OIT.

Desde el año 2012 junto a un gran sector del activismo hemos venido luchando contra la aprobación del proyecto de Ley General de Trabajo (LGT) consensuada por Mario Huamán de la CGTP con la CONFIEP, porque cercena derechos fundamentales de los trabajadores Aquel año logramos que dicho proyecto fuera archivado.

En el 2015, a pedido de Mario Huamán se desempolvó el mismo proyecto y el hoy candidato también del Frente Amplio, congresista Manuel Dammert, lo volvió a presentar como proyecto al Congreso, provocando la indignación de un amplio sector de luchadores, y realizamos una amplia campaña conminando a los congresistas (entre ellos a Verónika Mendoza), para que retiraran su firma del proyecto. En esta oportunidad también logramos detenerlo.

¿Por qué no a un proyecto de LGT?

Esta posición opuesta a la presentación o debate de un proyecto de LGT tiene un fundamento sustentado sólidamente por el respetado jurista Dr. Jorge Rendón (declarado “enemigo” por la CGTP por defender esta opinión), que dice que una LGT va a consagrar el arrasamiento de los derechos laborales que hizo Fujimori con su Constitución del 93.

Una LGT aprobada en el Congreso solo puede ser producto de un “consenso” no solo con las otras bancadas (fujimoristas, apristas, ppcausas; que son la mayoría) sino sobre todo con la CONFIEP. Por ello el proyecto que promovía la dirigencia de la CGTP era “consensuada” con la CONFIEP y tenía el apoyo de las bancadas patronales. Y es cierto: no hay ninguna posibilidad de que un proyecto consensuado en el Congreso y con el gremio patronal que sea favorable a los trabajadores, memos aún ahora que pretextando la crisis económica los empresarios todo el tiempo vulneran nuestros derechos más elementales y reclaman que se recorte más nuestros derechos.

Por otra parte, en su punto 2 del plan del FA se plantea la “Eliminación de los regímenes laborales especiales discriminatorios y los services”. Excelente. Estamos de acuerdo. Pero el proyecto que presentó el congresista Dammert y candidato del FA dice en uno de sus puntos que esos regímenes se prorrogarán por 10 años más. ¿En qué quedamos?

¿La OIT es un referente para nuestras aspiraciones?

La novedad es que ahora el Frente Amplio empeora la propuesta original de Mario Huamán al plantear que dicha ley se hará “en concordancia con los convenios de la OIT”.

¿Qué es la OIT? Un organismo “tripartito” de gobierno, las corporaciones empresariales y dirigentes de centrales colaboracionistas que aprueban normas y recomendaciones sobre las relaciones de trabajo, las que, por supuesto, están hechas a la medida de los empresarios. Es cierto que en algunos aspectos ni se cumple. Pero no por ello son una referencia para los trabajadores del mundo en la lucha por nuestros derechos laborales.

Pretender una normatividad en consenso con la CONFIEP y sus representantes políticos y en el marco de lo que establece la OIT es comprometernos a ceder en nuestros derechos y demandas fundamentales.

Por ello hemos dicho hasta el cansancio que estamos en contra de cualquier proyecto de LGT que se presente para que sea debatido y consensuado con la CONFIEP y sus representantes políticos. Lo que necesitamos es organizar la pelea unificada de toda la clase trabajadora para ir por la solución de nuestras principales demandas, entre ellas la derogatoria de todos los decretos y normas de servis, tercerización, contratas y por la restitución plena de nuestros derechos laborales.

¡Un salario mínimo…de vergüenza!

El punto 3 del plan plantea un reajuste periódico del salario mínimo, y en sus declaraciones ha dicho que lo reajustarán a 1000 soles; propuesta similar o cercana al que proponen otros candidatos como PPK, Keiko o Acuña. Es una vergüenza que un frente que se dice de “izquierda” ofrezca aumentar el mínimo a 1000 soles (con el reciente aumento otorgado por Humala sería un aumento de 150 soles), sabiendo que nadie puede vivir con este monto. Y eso que nos estamos refiriendo a una promesa, porque tendrá que ser aprobado el “Consejo Nacional de Trabajo” (CNT) donde la CONFIEP hace tiempo bloquea toda propuesta de aumento. Por ello los luchadores hemos denunciado a la dirigencia de la CGTP por seguir sentados en el CNT y en su lugar hemos llamado a la lucha para arrancar un aumento general digno que debe ser equivalente al costo de la canasta mínima familiar que establece el INEI (hoy de 1,700 soles).

¿Mantener las parasitarias AFPs?

El punto 4 del plan plantea mantener las AFPs, cuando se ha demostrado hasta la saciedad que es un descarado sistema con el que lucran con el dinero de los trabajadores, y para peor sin asegurarle una pensión digna. Hay que acabar con las AFPs y volver al sistema de la ONP, con pensiones universales y dignas para todos. ¿Por qué el Frente Amplio busca preservar el negocio de los grandes parásitos empresariales metidos en las AFP?

Conclusión

Todo esto nos lleva a una conclusión: más allá de sus buenos deseos la realidad es que el Frente Amplio no defiende de manera clara nuestros derechos. Si fuera consecuentemente de izquierda el Frente Amplio debería levantar nuestras demandas como una bandera de lucha para movilizar a los trabajadores. Pero no, su propuesta es apenas un recetario de tibias reformas con el buen deseo de que los empresarios sean “responsables”.

Sin embargo, es furibundamente atacada por la derecha, pero no porque represente una amenaza a los intereses empresariales sino porque alienta expectativas de solución o de mejora cuando ellos, en medio de la actual crisis, sólo ven y tienen una receta que es ajustar a los trabajadores y los más pobres.

Levantar expectativas de solución aunque sean limitadas es siempre atractivo electoralmente. Pero cuando se dice que se va a hacer en acuerdo con los empresarios y pactado en el Congreso (lleno de fujimoristas y representantes patronales) se muestra que en realidad son inviables.

Lo mismo ocurre cuando algunos dirigentes ofrecen “firmeza” en las negociaciones de los pliegos, y al final no pasa nada o al contrario muchas veces terminan cediendo al chantaje patronal. El problema no es que se necesite más firmeza ante el enemigo; no es en el gobierno, en el Congreso o en la mesa de negociaciones donde se resuelven nuestras demandas. Siempre hemos logrado nuestras aspiraciones luchando en las calles, nada nos han regalado ningún gobierno sino todo lo hemos arrancado peleando.

Por eso Verónika Mendoza nos ofrece ilusiones, las que, si accede a Palacio, quedarán como quedaron las promesas de Ollanta Humala, y en los hechos terminará disciplinándose a los mandados de la CONFIEP.

Esto no nos lleva a ser parte de la andanada de taques que sufre de parte de la derecha, ni porque es atacada nos obliga a darle apoyo. Lo que para nosotros es absolutamente claro es que, con independencia de cómo escojamos nuestras preferencias electorales, necesitamos fortalecer la confianza en nuestras propias fuerzas y lucha como garantía para la defensa de nuestros derechos y aspiraciones, sobre todo en la hora actual que arrecian los ataques patronales y que continuarán después del 28 de julio sea quien sea el o la que asuma el gobierno del país.