Una salvaje represión se desató contra los maestros y maestras en la jornada del día jueves. Ésta fue la respuesta encolerizada del gobierno a una gigantesca huelga que no mella pese a sus ataques y amenazas. Un ejército policial azuzado por PPK que acusa de “violentistas” a los maestros, y de su ministro del interior en dúo con la ministra de educación que agitan a los cuatro vientos que son o están vinculados al “terrorismo”, soltó su recargada ira contra los maestros con bombas, perdigones y varazos que dejaron decenas de maestros y maestras ensangrentados y numerosos lesionados tirados en la calle. Una cobardía sin nombre que debemos repudiar con indignación, más tratándose de un gobierno elegido con credenciales democráticas.

El gobierno reitera así la misma política prepotente con la que viene respondiendo a la huelga magisterial desde el primer día. Ahora la desenfadada represión tiene el objetivo de que los maestros se traguen el “decreto” con el que se pretende poner fin a la huelga bajo la amenaza de descuentos y despidos, y reiterándo además que “no habrá más diálogo”.

Pero, ¿cuándo hubo “diálogo”? Nunca. Lo único que conocen los maestros junto a las bombas, son insultos que vienen desde arriba y que rebotan los medios de prensa y un ninguneo permanente hasta el ridículo de un “diálogo” mediado por terceros como si fueran leprosos, todo con la finalidad de no negociar con sus verdaderos representantes. Un hecho que es tan repudiable como la misma represión que se desata contra ellos. Y como quien tira un hueso a un perro, se pretende que acepten el “decreto” que dice resuelve sus demandas, con una serie de amenazas, al mismo tiempo que se lanza sobre ellos a las tropas de represión en un intento por quebrar su combativa huelga.

Todo esto lo único que viene logrando como resultado es encender más la bronca de los maestros de base y debe afirmar la huelga en cada escuela y cada localidad. Ahora nadie puede dar un paso atrás porque sería traicionar a los cros. y cras. que están luchando. Sería ponerse del lado de los represores y berdugos del magisterio. Esto mismo, frente a la propaganda que hace el gobierno contra la huelga, debe afirmar también el apoyo de los padres de familia y de toda la clase trabajadora, como se expresó hoy en la gigantesca jornada convocada por las centrales sindicales y en el apoyo que le llevaron bases como el combativo Sindicato Obrero de Celima.

Ahora necesitamos avanzar en este apoyo yendo a un Paro Nacional que deben convocar las centrales sindicales ya. La extraordinaria acción del jueves debe avanzar hacia un Paro Nacional de todo el Pueblo en solidaridad con los maestros y por la solución de sus demandas y de todos los conflictos. Sólo la respuesta unitaria de todo el pueblo junto a los maestros doblegará la intransigencia del gobierno y frenará el impulso de sus esbirros.

Para esto necesitamos que en cada base se convoque asamblea para discutir esta situación. Las demandas mínimas que deben discutirse y debemos asumir todos como un solo clamor, son:

-Cese de la represión a los maestros y maestras en huelga.

-Apertura del diálogo del MINEDU con los dirigentes de la huelga.

-Atención a sus demandas.

Y junto con esto, organizar comités de lucha para preparar el Paro Nacional. Vamos compañeros y compañeras. Con los maestros a derrotar la al gobierno PPKEIKO corrupto y patronal.