Una grave crisis se produce en el gobierno como saldo de la gigantesca huelga magisterial. Pueden decir lo que quieran pero el hecho de fondo es que todo lo que viene ocurriendo en el gobierno y entre éste y el Congreso es producto de la huelga magisterial. 

¿Se trata, como dice el premier Zavala, de que detrás de la defensa de la ministra Martens defienden la política educativa del Estado de un Congreso que la estaría “socavando”? Mentira. ¿Se trata de un nuevo capítulo de la tragicomedia elevada a problema nacional que es el “conflicto” entre el Ejecutivo y el Legislativo, entre PPK y Keiko, entre los que están a favor y en contra del indulto al ex dictador? Mentira.

Nadie niega que existen desacuerdos e intereses políticos distintos y que incluso hasta se produzcan choques entre las principales fuerzas que hoy ejercen el poder. Pero son desacuerdos o conflictos dentro de un gran acuerdo: la gobernabilidad contra los trabajadores, contra los maestros y contra la educación pública; la gobernabilidad contra el derecho al trabajo. Y lo vimos funcionar durante la huelga magisterial cuando, mientras por un lado el gobierno se negaba a recibir a los maestros sentenciándolos de “terroristas”, por otro el Congreso se negaba a modificar la ley en lo que hace a los despidos, tal como lo reclamaban los maestros.

Además, después de haber fracasado rotundamente durante la huelga magisterial, circunstancia que el Congreso con la interpelación y la pretendida censura de alguna manera busca remediar, insistir en la defensa de dicha ministra defendiendo todo lo que hizo durante la huelga e insistiendo en mantener la misma política educativa que desencadenó el conflicto y que ahora tiene enervado a todo el magisterio nacional, es propio de un gobierno que le ha declarado la guerra a los maestros y a toda la clase trabajadora con su pretendida reforma laboral.

Pretenden salvar a la ministra es como negarse a enterrar un cadáver. Y pero aún: pretender hacerlo desde un gabinete que es responsable de todo lo que ella hizo es un flaco favor ya no a la Martens sino al propio gobierno que con este acto lo único que hace es exacerbar su propia crisis.

Y en efecto: esto es lo que hay que ver. Estamos ante la descomposición del gobierno, del mismo que ya durante la huelga magisterial había perdido el rumbo y que ahora, con su gabinete al garete, se encuentra dando manotazos. Le apruebe a no la cuestión de confianza el Congreso, censure éste o no a la ministra, estamos ante una ministra derrotada, ante un gabinete liquidado y ante un gobierno casi en caída libre. Esta es la verdad.

Los trabajadores no estamos a favor de la confianza o no, de la censura o no. Estamos ante un gobierno y un Congreso que responden a la CONFIEP y nuestra realidad no cambiará  con éste u otro gabinete o ésta u otra ministra .

Lo que si podemos constatar es que la huelga magisterial ha obrado como un torpedo sobre un gobierno débil al punto que lo ha dejado casi en naufragio. Y eso que la huelga no alcanzó lo que las bases esperaban, en especial el fin de las evaluaciones punitivas, porque se quedó sola ante la defección de la CGTP que se hizo a un costado en lugar de sumarse a ella con todas sus fuerzas demandando la solución de las reivindicaciones de toda la clase trabajadora, como por ejemplo, el rechazo a las reformas laborales.

En medio de la actual crisis es momento que vayamos por lo nuestro. No es suficiente que se vayan la ministra y el gabinete Zavala sino necesitamos que se vaya todo el gobierno y el Congreso Fujimorista, porque finalmente ambos son responsables de que no haya soluciones.

Con PPK y el Congreso fujimorista vamos a una crisis mayor y ésta recaerá sobre nuestras espaldas. Para que la crisis tenga una salida positiva necesitamos actuar y levantar nuestra propia alternativa. La CGTP por obra de su dirección sigue bajo la cama en lugar de actuar. Los luchadores y activistas de base tenemos el deber de organizarnos para construir esta salida.

Para los maestros, la lucha continúa. Porque continúan los ataques del gobierno con los descuentos, la evaluación punitiva y ahora la insistencia en su política durante la huelga con su ministra incluida. Los maestros tienen la tarea de mantener sus Comités de Lucha, de fortalecer sus organismos de base y de realizar las coordinaciones para continuar la movilización.