Nuestros sindicatos llaman a la clase trabajadora a participar organizadamente y con nuestras propias banderas en la Jornada Nacional de Lucha del jueves 11 de enero.  

Los trabajadores hemos visto en PPK desde antes de su elección y con más claridad durante su mandato, a un representante de los banqueros y empresarios, buscando recortar más nuestros disminuidos derechos y ajustarnos más para inyectarle un nuevo aliento a los negocios de los capitalistas.

Si en año y medio PPK no pudo avanzar en la aplicación de estas medidas, fue por su entrampamiento con la oposición del Congreso y por la crisis de la mega corrupción de Lava Jato que los ha enfrentado a todos por arriba. Pero sobre todo PPK no pudo atacarnos más debido a las luchas, como la gran huelga de los maestros que le infligió una derrota, y las luchas de nuestros compañeros textiles y mineros. PPK se fue aislando y debilitando hasta que aparecieron las pruebas, mil veces negadas por él, sobre sus millonarios negociazos con Odebrecht y que dio pie al pedido de vacancia por un sector del Congreso, en particular Fuerza Popular.

PPK se salvó de una vacancia gracias a un canje de impunidad por indulto al reo Fujimori. Un canje indigno y bochornoso. En medio de tantas mentiras y tantas traiciones con los que eligieron, ha confirmado la catadura moral de la que está hecho y que lo inhabilita para seguir ejerciendo el cargo.

El indulto a Fujimori es ilegal porque en el derecho internacional este beneficio no se aplica por crímenes contra la humanidad, como fueron las masacres de La Cantuta y Barrios Altos. Y para los trabajadores es una afrenta, porque él fue responsable del despido de más de medio millón, del arrasamiento de los derechos laborales como la estabilidad en el trabajo y del asesinato de dirigentes obreros como Pedro Huillca.

Por eso, PPK, a su condición de agente de los grandes empresarios, ahora suma su condición de cabeza de la corrupción (Odebrecht) y liberador del genocida Fujimori, todo lo cual constituye una afrenta que nos llama a salir a movilizarnos para que se vaya.

Ahora PPK hace un llamado desesperado a un gobierno de “reconciliación nacional”, pero casi nadie lo apoya, aunque los empresarios braman demandando “gobernabilidad”.

Los sectores democráticos y juveniles, y los familiares de las víctimas de Fujimori, ya se vienen movilizando masivamente en todo el país. Una Jornada Nacional se prepara para este jueves 11 y se anuncia un próximo Paro Nacional.

La clase obrera no solo debe hacerse presente en estas movilizaciones: debemos ponernos a la cabeza de ella, con nuestras propias demandas. Todo lo que se lleva la corrupción se deja de invertir en salud, educación y obras públicas. Las victimas de Fujimori fueron principalmente hijos de la clase obrera, y será la clase obrera la nueva víctima si sus delitos quedan impunes. Además no se trata solo de los derechos democráticos y de la moralidad del país; se trata del mismo modelo capitalista que tanto ensalzan los empresarios y sus ideólogos y que siempre denunciamos como un modelo de superexplotación y de trabajo precario. Es bajo este modelo que ha crecido la maraña de corrupción y un Estado autoritario, represor y violador de los derechos humanos; además –como estamos viendo--, promotor de IMPUNIDAD.

Por eso salimos a las calles haciendo nuestra las demandas que ya levantan amplios sectores de la población: Fuera PPK y el Congreso corrupto. Cárcel y confiscación de bienes para todos los corruptos, empezando por Odebrecht y las empresas consorciadas. No al indulto de Fujimori.

Pero además, desde la clase obrera, demandamos: Abajo el modelo económico capitalista de cholo barato, que enriquece a unas cuantas familias empresariales y alienta el inmenso saqueo del país por las multinacionales.

Demandamos un nuevo plan económico discutido con las organizaciones obreras. Un plan que industrialice al país, recupere la soberanía de nuestros recursos naturales, genere empleo con derechos (estabilidad laboral y no tercerizaciones ni contratos permanentes), salarios dignos, invierta en salud y educación para el pueblo, reconstruya el Norte y nos prevenga ante desastres, etc.

No habrá cambios reemplazando gobernantes: no queremos cambio de patrón. Llamamos a nuestros hermanos de la clase obrera a organizarnos, unirnos y salir a luchar junto a todo el pueblo pobre y oprimido, por una salida de fondo que cambio el actual modelo económico por uno elaborado por las mayorías de trabajadores y trabajadoras del país. Por un Gobierno de los propios Trabajadores.